Thursday, November 19, 2009

Hoy


No se cómo postear. Primero lo fácil. Hoy es el último día para llevar mi coche al seguro, se me fue el pedo y hoy a huevo lo tengo que llevar, necesito una carta poder de mi mamá y suerte para que además de los siete días que me dieron para llevarlo al centro de valuación, tenga más días para llevarlo a un taller y no que hoy sea el límite de todo.


Y ya, en otra cosa hoy descubrí algo y es que me gusta una coworker. Y lo descubrí estúpidamente porque iba yo caminando y me crucé con ella y sonrió y entonces yo sonreí estúpidamente, sí, no amablemente, no alegremente, no amigablemente, estúpidamente, y con dificultad dije hola porque dentro de la estupidez del momento no logré hablar bien, [lo que sigue, hasta antes de llegar a "Todo esto me lleva a confesar..." es un update de las 13:04 porque no había publicado el post porque no lo acabé porque el coworker me veía feo por escribir tanto sin tener ningún libro abierto] hace rato salió la coworker y estuvo leyendo sentada en el pastito y estupidamente otra vez me quedé viendo, y digo estúpidamente no porque sea algo estúpido sino porque era una mirada estúpida, y entonces me cacharon y no pude disimular y me reí, pffft, peor que en novela de quinceañeras, mal mal mal mal. Todo esto me lleva a confesar algo terrible, o igual y ni tan terrible pero igual vergonzoso, o igual y no, seguro si fuera un programa de tele la gente se reiría, no sería escena triste cuando lo confieso sino escena cagada.


Bueno ya, sin rodeos, descubrí hace no mucho que me gustan los pies. No sexualmente no nada-mente, pero me gustan, me gusta ver un bonito par de pies en un bonito par de zapatos [A lo que voy es que no, no voy a ver porno de pies ni tengo una fijación con porno con alguien que no se quite los tacones, ni con coger con alguien con tacones, sólo me gustan los bonitos pies en bonitos zapatos]. Creo que es como cuando en la prepa me gustaban las orejas porque quien me gustaba se sentaba adelante de mi y entonces pasaba el día entero viéndole las orejas, o igual y no. No, creo que no. El chiste era lo descubrí al estar en una junta, y luego lo descubrí otra vez el día que la coworker mencionada antes vino con su grupo y con zapatos bonitos y yo veía estúpidamente los zapatos y los pies...


Tan estupidamente que preguntó "Qué pasa? Tengo algo?" Y me cayó el pedo y dije "no, es que me quedé pensando". Afortunadamente, mi gusto es tan quisquilloso como mi gusto por la comida, es más, aún más quisquilloso, entonces son muy pocos pies los que me gustan, de verdad muy pocos, pero poquísimos, puedo pensar que tal vez cuatro pies me han gustado al punto de verlos caminar o estar parados en toda mi vida, entonces igual y no es un gusto generalizado. No es como las manos, yo confieso me gustan mucho las manos, me gusta verlas moverse en la cotidaniedad, me gusta ver cómo cambian de velocidades, cómo escriben, cómo recogen el cabello y así. Suelen tener gracia las manos, aún cuando se embarran sutilmente de pintura o de tinta. Y sí, ya lo concluí, es diferente, las manos suelen gustarme, en muchas formas, los pies no, me gustan pocos pies y me gustan en muy determinadas situaciones [o más bien zapatos]. Esperen! acabo de pensar que tanto manos como pies me gustan en la cotidaniedad, pero no tengo fantasías con ellos, no veo porno de manos ni pies ni tengo fantasías con manos ni pies, sólo me gustan en la vida cotidiana.


Ya, basta de eso. En otras noticias soy una mala amiga, o igual y no. Creo que me siento tan culpable como si pusiera el cuerno amistosamente y ni eso, uno tiene muchos amigos y entonces no se puede poner el cuerno amistosamente. Pffft, siento culpa como amistosa y ya se acaba el post. Pronto la frase de Modenessi que me huizo reir, y reir jajajajajajajaja, no jaja ni jajaja, reir reir reir.

1 comment:

Espaciolandesa said...

Siempre es bonito descrubir que alguien te gusta.

Te deja algo perpleja al principio pero al final es bonito.

Pensar en verle de nuevo, sentir esas cosquillitas en la panza... aaaaaaawwwwwwwww.