Monday, February 25, 2013

La ropa ya me queda muy grande

Hace como una semana dije que necesitaba comprar ropa, iba a sacar lo que no me quedaba pero pensé que mejor espero, la mayoría de mi ropa es una talla más grande de lo que debo usar, es por comidad, me gusta que si me estoy haciendo pipí puedo correr al baño y bajarme los pantalones con unos jaloneos, me gusta que me quepan cosas en las bolsas del pantalón sin que todo se marque, me gusta estar cómoda. El pedo con eso es que lo que era una talla de grandeza ahora es más, ahora ya no me puedo poner la ropa.

Me di cuenta de la gravedad del asunto cuando me entregaron la ropa del trabajo, ropa de adulto, ropa meh que me dan cada año y que cada año cuando me la pongo por primera vez siento que me aprieta más de lo necesario, que no es tan guanga como me gusta, no es que me quede chica, es que no es como lo que uso siempre porque como RH está ahí viéndote probar la ropa y setenta personas están ahí tomándote medidas, pues ellos te dicen "Eso es muy grande" y te hacen ponerte uno más chico.

Bueno la cosa es que me entregaron la ropa de trabajo, esperé unos días para llevármela a casa y el lunes pasado (creo) me la probé. Todo me queda grande, TODO. Los pantalones son un poquito guangos, en realidad esos están bien, están justo en la medida de grandeza que me gusta, el pedo es lo de arriba, las blusas son grandes, los chalecos son grandes y los sacos son ENORMES. Todo arriba me queda grande pero los sacos son una mentada de madre, son tan grandes que me cabrían dos chalecos, blusa y otro saco abajo, así nomás no se qué pasó, no se cómo es que sacos talla 28 son gigantes. Ahí me asusté.

Luego vi bien que no sólo era esa ropa nueva, mi short beige es muy grande para ponérmelo, me lo puse cuando fui a Tepoztlán y cuando subí corriendo las escaleras se me cayó, así nomás se cayó, no tuve que jalarlo. Pantalones de chamba que antes me quedaban bien ahora se llenan de pliegues cuando me los pongo, ayer me puse los jeans más apretados que tengo y estaba contenta porque me gustan esos jeans y pensé que me quedarían muy cómodos y me quedaban grandes, si me agachaba se bajaban un chingo, no se me caían pero eran grandes.

De las cosas más feas es el pedo con las pijamas, hace unas semanas dejé de usar dos pijamas porque las sentí grandes, no le di importancia porque pues meh, uno sube y baja de peso en la vida dentro de cierto parámetro, me puse otra pijama que me quedaba bien y el sábado  la traje un rato puesta, caminé por la casa, subí las escaleras y demás y la pijama se me caía, ni siquiera tenía que correr y se caía, así, mucho, me llegaba a media nalga sin pedos. Me puse una pijama que me regalaron hace como tres años, antes me apretaba, no mucho pero era blanca (con Snoopys [¿Snoopies?]) y por eso no la usaba, era blanca y que fuera tan justa hacía que sintiera que todo se transparentaba, me la puse pensando que al fin me quedaría bien y fue grande, no se me caía pero igual se me hacían pliegues y se me bajaba un poco.

Ese sábado mientras veía con pánico lo grande de mi ropa descubrí que también necesito calzones, sí, me quedan grandes y vi porque al engancharme a Bestia a los calzones y pijama, todo se me caía, cuando traigo shorts, o sea ropa que tiene un tiro bajo, siento que me quedan grandes los calzones, y el domingo con los jeans vi que no sólo se me bajaban los pantalones.

El pedo no sólo es con la ropa de abajo. Digo, es lo más preocupante porque se me cae (las playeras no pueden caerse) pero lo de arriba también es muy grande. Ayer me puse una playera talla M que me había puesto muchas veces antes, playera que me quedaba bien, tal vez un poco guanga pero bien y ayer me vi en el espejo y era enorme, tanto que pude agarrarle un cacho y atorarle atrás para que se viera de tamaño decente. Los brassieres me quedan grandes. A principios de enero compré tres, compré 34B porque sentía que los 32 me iban a apretar y no, ahora no puedo ponérmelos porque son grandes, porque el apretarles los broches no basta, las copas son gigantes y es bien raro.

Es raro que las playeras M me queden tan grandes, sí, en la vida he usado L y S pero en raras ocasiones, M siempre me quedó bien, y es raro que pantalones talla 30 me queden tan grandes, creo que desde la secundaria he vivido (por lo menos) en esa talla, sí, he tenido 28 pero bien pocos, ahora el 30 es grande, y a veces (como con el short beige) es gigante.

No me quejo de no ser tan gordo ahora, digo, no es que tenga que comprar toda mi ropa en el departamento de niñas y sufra y llore por eso, es que es bien raro, no entiendo cómo es que todo me queda grande y me asusta si en algún punto voy a dejar de bajar de peso, o sea, digo, es obvio que sí pero ¿cuándo? Y es raro porque he comido decentemente ya por un rato, como bien diario, la única diferencia con hace dos meses es que ahora tomo más Coca porque se me baja más el azúcar a pesar de haber bajado varias veces mis basales, pero quitando eso como bien.

Desde el lunes que me di cuenta decidí comer más carbohidratos, ya no parto jitomate si me da hambre, abro unas galletas y cosas así. Y eso es toooooodavía más raro porque jamás en la vida me había preocupado por cuánto pesaba, siempre que iba al doctor veía que sí subía o bajaba de peso pero meh, siempre me mantenía en el mismo margen y la ropa siempre me quedaba más o menos bien, a veces me empezaba a apretar, a veces era un poquito más guanga de lo normal pero siempre todo bien.

Y creo que lo que me ha creado un pedo es que todo pasa sin darme cuenta, no hago nada diferente, como bien y hago el mismo ejercicio de antes (eso es ir al trabajo tres veces por semana en bici, no ejercicio en serio porque, no mames, la hueva), lo único que hago diferente es beber. Ya casi no bebo alcohol, he tomado una chela muy de vez en cuando y eso es porque hace como un mes se me quitó el hambre y por eso si bebía acababa peda en chinga, dos cervezas me ponían borracha por casi no comer; ahora ya como pero ya me acostumbré a no beber alcohol, ya no compro cervezas cuando voy al súper, cuando voy a comer raramente pido cerveza y ya. Iba a que hago todo igual que antes, y no es que antes bebiera un galón de cerveza al día como para que sea una diferencia significativa en carbohidratos consumidos, la cosa es que todo lo hago práticamente igual y entonces no se por qué la ropa ya no me queda.

Tuesday, February 19, 2013

Ayer tuve una pesadilla

Estúpidamente intensa. O tal vez no tan intensa pero fue muy larga y me desperté y me acuerdo completita de ella. No es pesadilla tradicional, es pesadilla de hipoglucemia, pesadilla que en realidad es pesadilla porque todo es frustrante, en la hipoglucemia las pesadillas no son de terror sino de que nada sale, todo colapsa, todo sale mal y así.

Todo empezó cuando desperté a las 12:50 porque escuché mi celular. Escuché y me negué a contestar porque nadie que hable a esa hora merece ser escuchado, ni siquiera se quién era, pero mamen, uno quiere dormir. Como sea, sonó el celular, no contesté y me volví a dormir. la primera parte de la pesadilla empieza cuando entro al baño de mi cuarto y descubro que los vecinos estaban remodelando algo y en sus remodeles le hicieron cosas al baño, no hay techo y hay un espacio escondido atrás de mi cuarto, o sea, es más grande, cuando veo hacia arriba veo a los vecinos y les digo que qué pedo, ellos me ven con sorpresa y le hablan como a su constructor. En algún punto salgo del baño y estoy en la sala y veo que ahí hay cosas de los vecinos, hay un sillón de Blancanieves y una tele y cosas de niña, empiezo a recoger las chácharas y el constructor empieza a regañar a todos, les dice que no mamen, que van a tener que volverme a poner piso, que ya valió verga la pared; cuando el vecino empieza a reclamarle, el constructor le dice que pues no sabía, que según sus planos mi sala era su casa. La niña empieza a hacer pendejadas y me pega estampas en la cara, la mamá le pone una película mientras recogen todo.

Corte a sueño que despierto, pero despierto porque hay alguien en mi casa, gente con quien fui a la prepa, gente que no eran mis amigos pero que conocía y con quienes hablaba. La cosa es que me despiertan con gritos absurdos, logro salir de la cama y están en la cocina, llevan cosas y hay fruta y dicen pendejadas, ni siquiera me acuerdo qué pero me hacen el desayuno. Mientras como me acuerdo del sueño absurdo de la construcción de los vecinos y luego me vuelvo a ir a la cama a dormir.

Corte a sueño que despierto OTRA VEZ, ahora me despierta una ex de hace muuuuuchos años con unas amigas suyas, despierto y suena mi celular, es E. le digo que ya voy que perdón, que es tarde, me dice que si le llevo algo de comer (¿huh?) y le digo que va. Se me hacía tarde porque las de la prepa que habían ido antes habían desconectado mi despertador sin querer, salgo de la recámara y empiezo a pensar que las de la prepa eran un sueño, y que qué mal que era un sueño porque habían llevado desayuno pero qué bueno que el pedo de la construcción sí fue un sueño y eso estoy pensando cuando aparece una de las de la prepa y me dice que traigo estampas en la cara, sí, las estampas de la niña.

En algún punto descubro que esas con las que fui a la prepa por alguna razón sabían que mi casa era más grande y habían hecho una fiesta ahí, la cosa es que desaparece el baño de mi cuarto y por ahí había una entrada a algo como un patio gigante. El pedo de todo es que ya había gente ahí, había borrachos así que empiezo a sacarlos, el vecino se saca de pedo, y me ayuda a sacarlos diciéndoles que no es mi casa. Hay decenas de personas, todos desconocidos y es un pedo sacarlos porque entre más avanzo, más lugares descubro. Había cosas como juegos, como ese en el que avientas una pelota y te caes al agua y cosas así, había uno en el que si le dabas al botón con la pelota podía salir un dude de un pasillo, cuando salió el primero le pegaba tan cabrón con un tubo que los demás no querían salir. Todo esto estaba inmerso en la angustia de que ya iba a tarde y tenía que ir por algo de comer de E.

En algún punto regreso a mi casa, a mi cuarto y veo hojas pegadas en todo el clóset, en eso me encuentro a L. que me empieza a reclamar porque nunca le contesté una carta que me dejó y yo sólo le digo que perdón pero que no mame, que vea el pedo que es mi casa y que vi la carta pero que no había tenido tiempo de contestarle. L. desaparece de mi sueño, mi casa es un desmadre y entonces pienso que todo eso pasó por no contestar el celular, empiezo a pensar que si hubiera contestado a las 12:50 nada de eso hubiera pasado. Todo terrible.

Desperté porquito después de las dos, me acordaba de la pesadilla completa, me medí antes de hacer otra cosa, 58, no estaba tan baja, tomé Coca y entonces revisé mi casa, mi despertar había sido tan normal como los despertares del sueño, vi el despertador también como lo soñé, el Teletín daba saltitos en la cama como siempre, Nugget brincó de la cama como siempre y como en el sueño, me paré a revisar que no hubiera desmadres, subí las escaleras, revisé el baño y todo normal, Lexie ya casi no tenía agua así que le puse, ya me iba a dormir pero me faltaba ver el baño de mi cuarto, abrí la puerta con miedo, ahí había empezado el desmadre del sueño, no había nada, todo normal. 

Me acosté y abracé al Teletín y pensé que era el sueño más complejo que había tenido en un chingo de tiempo, sentía que el sueño había durado mucho así que revisé mi iPod para ver que día era, martes, dos de la mañana todo bien. Hacía mucho que no me acordaba tanto de un sueño, pensé eso y me quedé dormida en chinga, no se qué soñé de las dos a las seis y media.

Friday, February 15, 2013

El otro día fui

A la oficina de mis papás y había una caja gigante. Mi mamá me la enseñó y era la Tracy Island de los Thunderbirds. 

La pedí cuando tenía unos seis años porque era una niña lencha o algo así (Bueno, también tenía Barbies y siete millones de Cabbage Patch, pero tenía la Tracy Island y decenas de cochecitos), cuando dejé de ser una niña lencha y me volví una teen lencha la isla desapareció, en realidad ni me acuerdo cuánto tiempo la tuve, recuerdo pedirla, jugarla como dos veces y ya. En algún punto de la vida se la di a mi primo (dicen, yo no me acuerdo), mis papás vieron a su mamá, su mamá dijo que eso era mío y la devolvió.

Saqué todo de la caja, venía un Thunderbird 2 gigante con un Thunderbird 4 adentro, un Thunderbird 2 chiquitín, Scott y otro mono que no se quién era. Después de sacar todo de la caja y armar/desarmar iba a irme y mi mamá me preguntó si me la llevaba u_u ¿En serio? ¿Huh? ¿Para que quiero una Tracy Island de Matchbox? Está padre encontrarte juguetes que no has visto en, no se, 18 años pero está pendejo quedárselos, ni siquiera pensé en quedarme con el Thunderbird 2 chiquitín o con los monos porque ni siquiera me gustan los Thunderbirds, en realidad ni siquiera me acuerdo por qué la pedí de niña. Digo, igual está padre y jugué con todo dos segundos, pero no se por qué la tuve.

Monday, February 11, 2013

Soy feliz ahorita


Y eso puedo contestarlo así, fácil, sin pensarlo, estoy feliz. No vivo triste, no vivo enojada, sí, hay cosas que me asustan, pero en general soy feliz. Empecé a hacer un post parecido a este hace unos días, nunca lo publiqué porque no acabé de escribirlo, se quedó en draft eternamente, así que este es un segundo intento de hacerlo después de hablar.

Lo que dije fue que sí, hay cosas que extraño, pero extraño cosas pequeñas, cosas, muchas veces, tontas. Extraño llegar y que me diga "dame un beso", sí, pero lo que uno extraña extraña, las cosas grandes, las cosas importantes, las cosas que hacen decir "aw" cuando ves una película, esas ya no las extraño, esas las extrañé ya mucho tiempo, esas dejaron de pasar hace un chingo y por eso no las extraño ya.

Y estoy feliz porque las cosas que me hacían enojar, las cosas de las que ya estaba cansada son muchas más que lo que extraño. Los primeros días era bien raro ya no estar eternamente de malas y era bien raro ya no enojarme por pendejadas y era bien raro poder dormir bien y rápido y despertar sin pedos, pero después vi que eso es lo normal, y que si no pasaba era porque algo estaba muy mal.

Estoy feliz porque las cosas grandes ya las extrañé, porque esas cosas que a uno lo hacen feliz, estas cosas tontas son bien importantes, ese querer besar a alguien en la cama un ratote o querer besar a alguien antes de pararte de la cama a meterte a bañar es lo que importa, y eso dejó de pasar hace mucho. Ese estado de felicidad, ese estado de estar bien era inexistente, y todo eso grande ya lo extrañé, y por todo eso grande ya me puse triste porque dejó de pasar y entonces ahorita eso ya no me pone triste triste.

Sí, extraño cosas, pero no de una forma estúpida porque nada de eso es grande, extraño la seguridad de llegar y saber que mis tres perros son mis tres perros y que van a estar siempre en mi casa, y extraño cosas pequeñas como que me diga que la abrace, y extraño que me diga que me ama, pero son cosas pequeñas, y eso lo veo con lo último, porque extraño que me diga que me ama pero lo que extrañé extrañé mucho tiempo era no escucharlo sino saberlo saberlo, o sea, escucharlo así casualmente porque ya lo sabes, y de eso ya pasó mucho tiempo entonces ya no lo extraño extraño.

Y es bien triste pensar que las cosas eran así, es bien triste pensarlo, decirlo y escribirlo, pero el pedo fue que al principio me gustaba mucho pero las cosas empezaron mal, y me gustaba tanto que decidí que eso que empezó mal no importaba y me gustó tanto por tanto tiempo que decidí que muchas cosas que no estaban chidas podían no importar. Pero las cosas no funcionan así, y eso debí de haberlo sabido hace meses pero no pasó.

Y tengo miedo, sí, miedo, y no el miedo de vivir sola o pagar la renta completa, miedo diferente, miedo de verdad, pero el ser feliz ahorita hace que ese miedo no importe. Y puedo poner triste muchas veces pero no triste triste. Y la extraño a ella, sí, pero extraño a la ella de hace dos años, a la que me hacía llegar tarde a trabajar por quedarme en la cama, a la que me gustaba comprarle flores o un globo, a la ella a quien me gustaba recoger porque me gustaba verla sonreír en el asiento del coche y que me diera un beso, a la ella de la que me enamoré, a la ella en quien pensaba cuando leía poesía cursi, a la ella que dejó de ser hace un chingo, un chingo, de tiempo. Y la cosa es que a ella ya la extrañé, por la falta de ella ya me puse triste, bien triste y al final uno deja de extrañar, uno se acostumbra y olvida eso que extraña.

Si esto lo pongo aquí después de hablar con Salva en la cama es porque hace rato que hice otro post vi el archivo a un ladito del blog, y al final, después de casi siete años y de leer un post que me hace escribir este párrafo, este blog es lo más mío que tengo. En este blog han quedado un chingo de cosas plasmadas y este blog es lo más honesto que he hecho, aquí pude no poner muchas cosas, aquí pude censurarme muchas veces, pero al final aquí siempre quedaron las cosas como son, aquí siempre quedé yo como soy.

Salva vino

A visitarme, llegó el viernes y se va mañana y todo ha sido del bien. Hemos sido amigos mucho tiempo, más de dos terceras partes de mi vida, nos hemos visto felices y estúpidamente felices, tristes y estúpidamente tristes, enojados y estúpidamente enojados, borrachos y estúpidamente borrachos, emocionados y estúpidamente emocionados y así la lista sigue para prácticamente todo. A lo que voy con esto es que después de tantos años nos conocemos en prácticamente todas las situaciones posibles, no nos habíamos visto como en un año pero hablamos varias veces a la semana y se que muchas cosas no tengo que decírselas para que las sepa.

Ayer fui a dejar a Telera, no la voy a ver una semana y todo fue bien triste. Cuando vivía con Nugget y sin Pepe alguien me preguntó qué extrañaba en ese momento y yo dije que a Pepe porque siempre habían estado los dos perros juntos, sí, eran dos pero eran una sola entidad, cuando no tenía a ninguno los extrañaba pero los iba a visitar seguido, después de tener a Nugget dejé de ver a Pepe como dos meses y ahí lo extrañé.

Cuando se murió Beso fue igual, Había pasado varios años con Beso Y CON Lexie, siempre salían juntas, siempre dormían juntas, entonces los primeros días de sacar a Lexie era feo porque sólo acentuaba que faltaba un hurón, porque siempre había habido una entidad y era evidente que estaba incompleta.

Pasa lo mismo con Telera. Pasear dos perros me hace topar que falta uno que corra en desesperación total, y sentarme en el sillón con Nugget encima y Pepe a un lado hacen evidente que falta Telera queriendo subirse a mis piernas o intentando besarme la cara antes de sentárseme. El tener dos perros sólo hace más evidente que falta uno por eso, porque hay dos cuando debería haber tres. Y todo es peor porque en el último mes había pasado más tiempo con los perros que de costumbre, creo que ahora pasan más tiempo solos, o por lo menos el tiempo que yo voy a trabajar es tiempo que, casi (CASI) siempre, pasan en la casa solos y por eso es que el tiempo que no trabajo es tiempo que paso con ellos, si voy a comer veo que vayamos a algún lugar pet friendly, vamos hasta los días que he ido por una chela hemos quedado en ir a algún lugar en el que haya mesas afuera para que no haya pedos. La cosa es que me he acostumbrado más a estar con perros que antes.

Ayer mientras regresaba a mi casa caminando con Pepe y Nugget me puse bien triste mientras caminaba con ellos, llegué a mi casa y Salva estaba haciendo la "cena" ("Cena" porque era bien temprano para cenar cenar, pero pasamos el fin de semana comiendo a sus horas y no a las horas normales), llegué y sólo me dijo "veme", lo vi y sólo me dijo "Vamos a que te abrace porque ya se y no te puedo decir nada." y eso hicimos, nos acostamos media hora en mi cama en silencio completo.

Y estaba triste a pesar de que es sólo una semana porque pues igual falta algo, pero Salva estaba ahí y me abrazó justo el tiempo necesario para que ya no me sintiera tan de la verga.

Friday, February 08, 2013

He pensado en mudarme


Pero todo indica que no lo haga. O tal vez no. La cosa es que me gusta mi casa, me gusta tener un cajón de estacionamiento, me gusta tener un patio decente para los perros, me gusta mi cocina y el funcionamiento del bóiler y tener gas natural. Me gusta mi casa y me da mucha hueva buscar una casa nueva y me da mucha hueva pensar en empacar y perder cosas en la mudanza.

Pero a partir de este mes pago prácticamente el doble de renta. Y digo, puedo hacerlo, si no pudiera ya me hubiera ido pero igual no esta chido pagar el doble de renta de pronto. No es que vaya a quedarme sin comer, no es que no vaya a poder ponerle gasolina a mi coche, no es que no pueda comprarme unos esquites si se me antojan un día, pero, evidentemente, esto hace que viva con un presupuesto mucho más limitado que antes, y vamos, no es que cada mes quiera gastar dinero en ropa, conciertos, pollos rostizados para los pobres o algo, pero dinero que tenía y que quería usar en una computadora y demás pendejadas no-necesarias es dinero que ahora no puedo gastar en pendejadas porque pienso que si un día tengo alguna emergencia de cualquier tipo pues mejor tener ese dinero ahí ahorrado, digo, tengo igual un poco más pero uno nunca sabe si va a pasar una desgracia.

Ayer vi por primera vez metros cúbicos y segunda mano, busqué lugares por mi trabajo y por mi casa actual y meh, nada me gusta. Pocos son los lugares con patio (por lo menos, pocos que sean considerablemente más baratos, hay varios que están prácticamente al mismo precio que pago ahorita y pues así para qué, sólo voy a gastar dinero a lo pendjeo en un depósito y en un camión de mudanza y voy a pagar lo mismo) y entonces cuando busqué en esta delegación google mapeaba la colonia y se veía horrible, o tal vez no horrible pero no tan cómoda como mi casa actual. Dije entonces que me hubiera gustado vivir toda mi vida en Tláhuac porque entonces ningún lugar me parecería feo ni lejano.

Vi otro que estaba relativamente cerca de mi casa, patio de tamaño decente, renta mucho más barata pero no tiene estacionamiento y está sobre calle de metrobús y no te puedes estacionar en la calle. Y pues no mamen, no, no me molestaría pagar una pensión, pero eso si estuviera junto a mi casa, es de hueva total tener que caminar para estacionar tu coche, o ir al súper y tener que dejar tu coche lejos o demás tonterías.

Quiero mudarme pero mi casa es muy cómoda, me gusta mi casa, me gusta poder pasear a los perros en la noche sin sentir que me van a disparar porque es un lugar chaca, me gusta vivir en un lugar donde no hay perros callejeros porque así no me siento de la verga, me gusta que los perros tengan un patio grande, me gusta estar a menos de diez minutos en coche del trabajo, me gusta no vivir en un edificio viejo, me gusta tener el cine a tres cuadras pero que gracias a una avenida en mi casa no hay ningún pedo de tráfico de ese cine/plaza.

Podría buscar un lugar más pro y tener un roomie, pero no me gusta la gente, o sea, no me gusta la idea de convivir diario con alguien, aunque sea un amigo. Además creo que tener un roomie después de los 25 años está de la verga a menos que seas Chandler o Joey (y aún así...). Además, tengo tres perros, y eso no importa, importa el que a poquísimas personas les confiaría mis perros. Ajá, no estoy hecha para vivir con alguien sólo por los LOLs.

Quiero mudarme pero puedo no hacerlo y por eso no lo hago. No lo se, me gusta mi casa, yo creo que me quedo en ella.

Wednesday, February 06, 2013

Hoy llegó un libro de Mil Millington


Y me puse feliz, me puse feliz porque Things My Girlfriend and I Have Argued About fue el primer libro que me hizo reír en la vida, reír fuerte y no sólo "ja". Me gusta cuando veo esos libros, me gusta ver a alguien leyendo libros que me han provocado alguna reacción. Una reacción física pues, no sólo tensión o algo así sino una reacción que se vea.

El primer libro que me lo hizo fue La tregua de Benedetti, debí haber estado en el último año de la prepa, se esto porque me acuerdo haberlo comprado en el Péndulo de la Zona Rosa un día que fui a un taller. Cuando lloré iba en el coche, mis papás iban adelante y yo iba leyendo atrás como prácticamente siempre, Avellaneda se muere y me pareció meh, me pareció normal, pero entonces llegué a la parte en la que Santomé habla de la muerte de Avellaneda. Santomé tiene pedos porque la gente dice falleció y entonces él dice 
Él también dijo: "Falleció". Bueno, quizá el tío, Muñoz y los otros, hagan bien en decir "falleció", porque eso suena tan ridículo, tan frío, tan lejos de Avellaneda, que no puede herirla, no puede destruirla.
Entonces, cuando estuve en la casa, solo en mi cuarto, cuando hasta la pobre Blanca me retiró el consuelo de su silencio, moví los labios para decir "Murió. Avellaneda murió", porque murió es la palabra, murió es el derrumbe de la vida, murió viene de adentro, trae la verdadera respiración del dolor, murió es la desaparición, la nada frígida y total, el abismo sencillo, el abismo. Entonces, cuando moví los labios para decir "Murió", entonces vi mi inmunda soledad, eso que había quedado de mí, que era bien poco.
Y entonces iba en el asiento de atrás e hice todo lo humanamente posible para no llorar durísimo, empecé a sentir cómo se me llenaban los ojos de lágrimas (como ahorita que lo releo) y mientras avanzábamos sobre Coyoacán me aguanté tanto como pude. No entendía qué pasaba porque nunca había llorado con un libro, jamás había sentido tanta empatía por un personaje ficticio como para llorar, y ese día me pasó y pasaron años hasta que me volviera a pasar.

El segundo libro con el que lloré fue The Fault in Our Stars de Green, eso fue este año, fue en mayo y estaba de vacaciones, compré el libro porque no había nada más en San Miguel de Allende y estaba acostada en la cama del hotel y Augustus se muere, Hazel empieza a hablar y ni siquiera estoy segura en cuántas partes lloré, se que lo hice cuando dice "This is my ten" pero también se que tampoco lloré a gusto. No estaba sola y entonces tenía que contenerme, me pareció estúpidamente triste, no mamen, cabrón, o sea CABRÓN, y ni siquiera me aguanté aguanté, sólo no berreé, me paré por papel de baño para secarme y sonarme y seguí lloriqueando poquito en silencio. Pero en serio, quería llorar durísimo, quería llorar más que lo que lloré con el siguiente libro porque aquí todo era bien tangible, había leído el libro casi ininterrumpidamente y eso hacía que la empatía fuera más grande.

El último libro con el que lloré fue Looking for Alaska de Green. Lo pedí porque había sido bien fan de The Fault in Our Stars y lo estaba leyendo acostada en mi cama, en mi casa, con nadie más que con los perros y entonces Alaska se muere. Otra vez la muerte no me creó muchos pedos, el anuncio en la escuela de la muerte tampoco pero luego Miles, el Colonel y Takumi van al funeral y ahí empecé a llorar. Todos van con Lara en el coche y Miles dice
I felt the unfairness of it, the inarguable injustice of loving someone who might have loved you back but can't due to deadness, and then I leaned forward, my forehead against the back of Takumi's headrest, and I cried, whimpering, and I didn't even feel sadness so much as pain. It hurt, and that is not an euphemism. It hurt like a beating.

Y ahí empecé a llorar y no poquito, lloré como no había llorado en un chingo de tiempo, me paré por papel para sonarme y sin dejar de llorar volví a abrir el libro para seguir leyendo. Cuando ven al papá de Alaska y cuando Miles ve el ataúd volví a llorar, volví a tener catarsis y lloré tanto que tuve que cerrar el libro porque ya no podía seguir leyendo, porque ya estaba goteando mucho y tenía que interrumpir la lectura muchas veces para poder secarme y sonarme. Cerré el libro y seguí llorando, no era sólo secarme las lágrimas previas y sonarme, era que seguía produciendo lágrimas porque seguía llorando. Igual lo había leído casi ininterrumpidamente y ya sentía mucha emátía por Miles, y todo su discurso en esos momentos me hizo berrear en mi cama.

Y luego están los ibros que me han hecho reír que no tienen una historia tan larga como los que me han hecho llorar porque la mayoría he leído en muchas partes así que sólo van en lista: Bossypants de Tina Fey, Is Everyone Hanging Out Without Me? de Mindy Kaling, Things My Girlfriend and I Have Argued About de Mil Millington y Let's Pretend This Never Happened de Jenny Lawson. Con todos he reído fuerte en más de un pedacito, los mejores han sido el de Kaling y el de Lawson, con ambos reí prácticamente TODO el libro, no sólo en cachitos, ambos me parecieron maravillosos pero el de Lawson ha sido el mejor, con Lawson no sólo reí todo el libro y no sólo lo cerraba y seguía leyendo (eso me pasó también con Kaling), con Lawson volvía a leerlo o me acordaba y volvía a atacarme de risa; hubo dos capítulos que me dieron dolor de estómago por reír tanto.

Me cae bien ver a alguien con cualquiera de esos libros porque se que son libros bien disfrutables, porque se que son libros que no se leen así nomás. Me gusta ver a alguien con alguno de esos libros porque cabe la posibilidad de que también les provoquen algo.