Tengo sueño

Pero es mi primera tarde de vacaciones y me niego a dormirme temprano. Estoy cansada de buscar casa porque ya que hueva hablar ir a ver y decir ñeeee, estoy viendio el Universal y me pregunto si lograría pagar quinientos pesos más del presupuesto máximo inicial (3,500) igual y sí porque igual había redondeado los números de mi sueldo, pero eso que estaba redondeado y fuera de mis cuentas es lo que me hubiera dejado vivir comiendo diario y los quinientos extra hacen que quede muy cerca sin comer otra vez.

Entonces no se, digo, vale la pena, es cerca al trabajo, uno es planta baja (zotehuela perruna) y así, pero argh. También estoy considerando posteargarlo a febrero, es que mi coche sigue en el taller y pues, debo irme una vez esté funcional, también necesito un libro de censura en la Inglaterra isabelina y no he comprado mi cama (eso es, no he comprado con la tarjeta de mi mamá) y todo eso debe hacerse antes de que me vaya, y verga, ya es 21 de diciembre, en qué momento pasó eso?.

También puede ser bueno postergarlo por las vacaciones, uno porque necesito calma para hacer mudanza (y porque mis ensayos de Modenessi son para el cuatro de enero) y porque comprar boletos de avión quitará gran parte del presupuesto, igual no tanto como para quedarme sin refri, pero sí como para que si me quedo sin coche no pueda comprar una moto o para tener dinero ahorrado en caso de emergencias. Uy, y el otro día vi una mesa para poner tele baratísima y decente, va a ir a mi lista de cosas-por-comprar-ya-se-en-dónde.

Entonces no se, ya quiero irme pero esperar podría facilitarlo todo. Estoy leyendo a murakami y ya no me está gustando tanto, ya le hizo a la mamada, pero tuvo sus buenos momentos. Y ya, mañana Nugget va al peluquero y las vacaciones me dan una sensación de agridulcez, dulcez porque no hay que pararse temprano y en eso se queda.

En el trabajo hoy pusieron piñatas para empleados y me enojé cabrón. Salí y a la primera no le pegué porque la rompieron en chinga, pero el enojo vino porque los niños que estaban se aventaban por los dulces a pesar de que les decían que no, que eran para maestros. En la segunda hicieron lo mismo, y pensé que si yo tuviera alguna autoridad no sólo les diría que no agarraran los dulces, me acercaría a ellos y se los arrebataría, qué huevos. Y entonces me enojé y no me agaché a recoger dulces.

Y ya se me olvidó queé más iba a postear, felices vacaciones lectores del blog y si tienen por ahí un ensayo de Twelfth Night, Richard III, Love's Labour's Lost o Julius Caesar, sean amables y mádenmelo.