Monday, January 19, 2009

Damas y caballeros
Hoy voy a postear porque estoy contenta. La historia empieza antier que vi que hoy tenía que devolver los libros de Hawthorne a la Samuel, luego, resulta que hoy tenía ir a que me hicieran análisis así que decidí ir por sangre, luego escuela.

Salí de análisis con tres tubos menos de sangre, un piquetito y al cuarto para las ocho, entonces le hablé a Marisol [♥] y le dije que si no la llevaba a la escuelita. Pasé por ella, vi a Pepirou y a Nugget, recogí mi XBox y salimos. En el camino le dije que esperaba con todo mi corazoncito que ya estuvieran los vende café comunistas de la escuela y ella dijo que seguro no porque aún no había clases.

Entoonces, llegué a CU, me puse contenta porque me estacioné en un lugar mágico y no hice fila de cuarenta minutos para estacionarme y entré a la Biblioteca por la Facultad para ver si estaba el café y OH SORPRESA! Ahí estaba! Me emocioné tanto que casi lo compro en ese momento aunque no pudiera entrar a hacer mis devoluciones, pero me dije "no, mejor espera".

Al salir de la Biblioteca, subí las escaleras y saqué dieciocho pesos [porque el grande cuesta siete, pero siempre lo suben en diciembre así que asumí me costaría ocho, pero como un peso era de monedas de veinte centavos pensé que igual y no las aceptaban y saqué otros diez], cuando llegué a la mesita de madera que dice EZLN dije lo mismo que digo una o dos veces por día de lunes a jueves en clases "Uno grande por favor", le dí siete pesos, le puse tapita y popotito y me fui.

Dí dos pasos y tomé el primer sorbo, ahhhhhhhh, era el café más cargado que había tomado en todas las vacaciones, es más, seguro el más cargado en todo el semestre, estaba fuertísisisismo. El sueño que traía no se quitó pero me puse bien contenta, creo fielmente que no hay mejor café que el de la facultad, ni el Venti del día de veinticuatro pesos del Starbucks, ni el de Sanborn's que parece nescafé, ni los del Oxxo de once [hoy en día nueve porque tienen descuento] pesos; nadie, y digo NADIE tiene con café con el sabor y la cargaduez del de la faculad.

Entooonces salí y me senté en mi coche con cafe en mano y me puse a leer The Devil Wears Prada* mientras me lo acababa [que un café tan bueno y después de taaanto tiempo no iba a ser tomado de mala gana en el tráfico], luego saqué un cigarro y fumé mientras bebía café [igual que cada que voy a clases y voy con vasito en una mano y cigarro en la otra], que bonito fue eso. Entoooooonces, ahí mientras leía/fumaba/bebía me cayó el veinte de que, lo que más voy a extrañar de la vida escolar [además de no tener que trabajar] es el café diario. Es el café grande sin azúcar que diario tomo, porque si no, no es que me de sueño o la verga, es que no me siento bien estando en clase sin el vasito a un lado.

Muy mal, yo creo compraré un kilo en mi último día de clases, aunque seguro no sabrá igual, así que, estimados lectores del blog, recomiendo amplísimamente que vayan a la FFyL y pidan con los del EZLN un café grande y se lo beban sin azúcar, les aseguro no probaran ninguno mejor [Creo ahora que el único que le hace competencia es el que bebí en Cuba que era baratísimo: una tacitititita por un peso cubano [aprox cincuenta centavos mexicanos]].


Footnotes
* En el post anterior [como hace dos posts], puse en el libro Andrea no era rubia y fue al revés, en el libro Andrea es rubia, en la peli no. Prometo revisar lo que escribo más seguido.

1 comment:

Espaciolandesa said...

Ah... el café.

¿No es acaso lo más delicioso que existe sobre esta bendita tierra de Dios?