Tuesday, September 16, 2008

Es 15 de Septiembre

Y el camino a mi casa apestó a pólvora, lo malo es que no tuve lo bueno de cuando la calle huele a pólvora: ver fuegos artificiales; bueno, vi mini en el alto de Cuauhtémoc y Churubusco pero ya, eso fue todo. Hace un año fuimos a Tolcayuca el quince de Septioembre, no creo que haya sido porque era quince, seguro fue lo de la primera comunión. El chiste esss que fuimos y no vimos el castillo ni el grito, salimos como quince minutos tarde y no vimos naaaaaaada, sólo el castillo consumido, bu.

Me había propuesto hacer hoy lo de la señora pero arghhh de verdad me da una hueva inmensísima, no he hecho tarea y para el jueves es esa mamada y las copias de Constantino, ay, creo que soñé que ya me tocaba exponer, o que exponía, d igual, no me acuerdo cómo me fue ni qué planeaba decir.

Bueno ya, regresando a los fuegos artificiales, resulñta que también me tocó pasar junto a millones de niños/adolescentes/adultos lanzando cuetes [se escribe así? digo, no son cohetes, dudo que sean cuhetes], mi coche apestó a pólvora al pasar junto a ellos con la ventana abierta y temí explotar porque venía fumando. Cuando era niña me gustaban los cuetes [así lo decidí escribir y qué?] cuando iba a Tolcayuca compraba millones y mi papá los prendía con un cigarro [aún cuando ya no fumabam decía que así prendían mejor o más fácil o era más seguro, no me acuerdo], los típicos que son los blanquitos con mecha roja eran los más comunes, alguna vez prendí el paquetito completo y no fue taaan espectacular como yo lo esperaba.

Luego crecí [como hasta los doce años] y compré los cuetes que me daba la gana, osea, ya no los blanquitos y las palomas pequñas, ya eran más grandes, de esos con la mecha enmedio y palomas inmensas yyyy todo ese gusto por los cuetes evolucionó hastae el punto de que cuando iba y había niños suficientes hacíamos guerra de uetes, probablemnete el juego más irresponsable posible pero no había adultos que nos regañaran. Todo el juego consistía en juntar tooodo el dinero posible y comprar con él todos los cuetes posibles, luego, dividir a todos en dos equipos, semi esconderse al principio y después aventarle cuetes a los del otro equipo. Sí, muy irresponsable, recuerdo haber aventado cuetes desde una azotea, atrás de unos nopales, atrás de unas piedras y ya, en cuanto a tragedias lo único que me pasó fue que un cuete explotó cuando pasaba junto a mi cabeza, pero nada grave, ni measusté, seguí jugando y aventando cuetes a los otros; en cuanto a tragedias ajenas lo más grave que pasó fue que alguien estaba atrás/encima de piedras gigantes, le aventaron uno, esa madre explotó en la piedra y pedacitos de píedra salieron volando, al niño le rebotó un cacho en la ceja pero no pasó nada grave, ni sangre hubo. Fiu, jugar con cuetes no me dejó sin dedos o sin ojos, corrimos con suerte, en los prramas gringos siempre hay desgracias de niños que juegan con cuetes.

Y ya, eso fue todo, me voy a poner a hacer tarea, guácala.

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