Buenas y malas noticias

Empecemos con las malas. Hoy es el segundo día consecutivo que pierdo jugando Otelo, pero no he jugado con A., ayer jugué con A.L. y hoy con una niña cuyo nombre desconozco y las dos me ganaron, pfff, eso me hace pensar que no es que yo jugara bien, es que A. no daba una y por eso me ha ganado sólo una vez como seis meses.

Luego fui a fumar y mi encendedor valió verga, nunca prendió y lo intenté por minutos y le intenté mover con un palito y naaaada. Empecé a entrar en pánico porque no había sacado dinero y no había nadie cerca, pero luego crucé la calle y vi a un señor y me salvó. Ya a la salida compré un encendedor azul tremendamente bonito y qué-bueno-que-guardé-mis-veinte-pesos, sino hubiera tenido que manejar sin fumar.

En buenas noticias ya fui al cajero, aunque las medio malas noticias es que ahora tengo menos de la mitad de lo sacado, me crucé con un señor vende flores y ahí se fue casito todo, bueno, poco más de la mitad, pero pues estuvo bien. Malo no tener dinero, bueno lo demás.

Y ya, vi un departamento maravilloso pero era setecientoscincuenta pesos muy caro, bu, y luego recibí una opferta tentadorsísima pero pues no, no se puede, está mal [No, no me ofrecieron coger a cambio de varo que se que a eso suena y no, eso no es, tache por ustedes], pero ah-no-mames, que fácil y bueno estaría.

En noticias no-malas-ni-buenas, fui a comer pozole y evidentemente me ensucié, Nugget no tuvo diarrea severa, me puse de malas un rato, el coworker no me hizo extraemputar hoy y llegué medio tempranón a mi casa.

Y ya, me ibaa dar uan vuelta por el otro blog pero me dió hueva y ya me pusieron de benas entonces ñeeee, qué chiste, o igual y si no hay nada en la tele al rato.