Monday, February 16, 2009

Hoy me he puesto mucho de malas.

Lo único que me caga totalmente de ser diabética, es que Bestia suene porque no pasa la insulina y aún peor que suene y me despierte. Hoy lo hizo todo el pinche día.

Eso me lleva a creo fielmente que me enojo como mi papá, según mi mamá él tira cosas a la basura si algo pasa, "Ah, se me atoró el calcetín...a la basura" Yo voy más lejos por ejemplo:

Estoy intentando acomodar cuadernos en el clóset, se cae la cosa infla colchones una vez y la atrapó, acomodó todo de nuevo y vuelve a caer y la atrapó, acomodó todo y esa madre empieza a caer y la atrapo sólo para levantar mi brazo con ella y lanzarla al piso tan fuerte como puedo, rompiéndola gravamente obvio.

La cortina de mi cuarto se atora y no se recorre; después de varios intentos me enojo tanto que jalo el hilito tan fuerte que el metal por el cual corre la cortina se dobla.

Voy bajando tarde las escaleras, llego al coche y recuerdo que olvidé algo, subo corriendo toda enojada, cuando voy en el segundo piso de regreso a mi coche intento ver la hora tres veces y mi reloj no cambia al formato hora y se queda diciendo su mensaje pendejo, me enojo tanto que tomo las llaves de mi coche y le doy un putazo en el cristal rompiéndolo.

Voy a Gandhi a comprar libros para clase Literatura y Arte, mi tarjeta no pasa y sólo tenía seiscientos pesos, subo al cajero y no sirve, salgo toda emputada con una bolsa gigante en las manos, a media cuadra mi emputamiento crece y empiezo a arrastrar la bolsa con seiscientos pesos de libros adentro [de libros gigantes por cierto, de los Köneman (?)] una vez en el cajero aviento la bolsa para meter mi tarjeta y sacar otros seiscientos pesos. Al abrir en el coche la bolsa veo que el libro que acabo de comprar y al que no le quitado el plastiquito ya está roto de una orilla.

Ayer o antier Bestia me despertó y me emputé tanto que la desconecté y la aventé tan fuerte como pude, como ya lo he hecho cada que suena y me despierta. Cuando finalmente me paro de la cama y agarró a Bestia, el clip se había roto.

Hoy me emputé taanto porque Bestia había sonado varias veces que la estuve chocando contra cualquier cosa. Ya en mi casa volvió a sonar y me enojé y la saqué del clip y le pegué contra el escritorio y se apagó, pensé que había muerto y me puse contenta porque ya estaba hasta la madre de esta bomba. Ya luego despertó.


Sí, soy histérica, no suelo enojarme, pero el momento en el que algfo pasa, ya todo valió verga. Ya, no más enojos, Bestia ya no ha sonado, tengo un chinguísimo de tarea para el miércoles. Ahora, el nuevo encendedor de mi papá [no fuma, pero colecciona gatos (no reales, esos los odia, figuritas de gatos)]. Primero pensé que era un gato muy pesado sin chiste alguno:


Pero Oh sorpresa, después de moverle la oreja vi que le salía fuego del cuello. Me gustó

[Este post es temible, lo releí y está cargado de odio mal pedo, no lo crean Oh 1.5 lectores del blog, no soy tan malvada/histérica. Lo juro]

1 comment:

Espaciolandesa said...

A todos nos pasan los momentos de ira... pero creo que hay que saber enojarse por cosas que valgan la pena.

A final de cuentas, rompiendo las cosas no solucionamos nada.

Y te das cuenta de que son sólo eso, cosas.