Tuesday, August 08, 2006

Thinking distraction will be your saviour

De nuevo sin tema bloguil y con mucho tiempo libre, hoy ha sido un buen día, de hecho un maravilloso día. Hoy pude quedarme en casa a hacer absolutamente nada. Desperté poco después de las nueve, ví Ally McBeal y volví a dormir. Eso se disfruta demasiado, despertar y volver a dormir hasta que la nada me despierte.

Lo único que he hecho es ver tele, películos (de nuevo Love actually, es que es demasiado cursi/buena!) y hablar por teléfono. Mi alimentación dle día de hoy ha consistido en jamón, jamón serrano, bubu lubu, Maruchan y helado. Amo estos días, me encanta estar en pijama haciendo nada, es que no hay nada más cómodo que la pijama, en especial la que traigo que es de franelita, es calientita y cómoda, no hay cierres ni botones sólo franela rosa.

Creo que hoy me sentí grande, no vieja de esas veces que uno se da cuenta de hace cuánto pasaron ciertas cosas, simplemente me sentí grande. De esas veces que uno al hacerse la comida (aunque sea una Maruchan a final de cuentas es comida) uno se da cuenta que es grande, que ya se está grande para todas pendejadas por las que uno se hace pasar pensando que no son pendejadas, que son algo bueno. Tal vez de cierta forma si me sentí vieja, estaba sentada frente a escritorio y vi el calendario de reojo, hoy es ocho de agosto, ocho de agosto, en dos días se cumplen once años desde del día que me dijeron que tenía diabetes.

Me sentí en parte grande porque tuve que contar para saber hace cuántos años fue eso, por un momento no tuve claro bien cuando fue y tuve contar con dedos y todo. Inicialmente pensé que eran diez años, pero al usar manos vi que eran once.

Millones de cosas han cambiado en esos once años, por estas fechas hace once años comía bien [cosa que a mamá le pareció extraña y por la cual me llevó al médico] dormía la mayor parte del día y tenía nauseas. Hace once años sólo había prendido solamente un cigarro [y juraba que yo jamás lo haría porque odiaba el huimo del cigarro]y mi abuela pensó que se estaba quemando la casa porque lo escondí abajo de su cama, hace once años no había tenido ningún momento hipoglucémico de epifanía y para ese caso jamás había tenido el azúcar tan alta como para vomitar por eso, hace once años no me había bebido una cerveza completa, no me había enamorado ni había tenido un corazón roto, sólo conocía a una de las que ahora es de mis mejores amigas [aunque en ese entonces me caía mal], seguía creyendo en Santa y en los Reyes Magos, no usaba lentes, medía como treinta centímetros menos y pesaba como veinticinco kilos menos.

Hace once años no existían los euros y no tenía idea de que existía la diabetes [a pesar de que mi abuelo había muerto por eso (aunque él tenía otro tipo y...)], hace once años no sabía que estaba a punto de tener algo que iba a estarme jodiendo de por vida. No puedo recordar exactamnete cómo supe que tenía diabetes, probablemente me lo dijo mamá, de esa época sólo recuerdo haber ido como tres veces con el scotor, haber salido de la última consulta, haber bedido un jugo de naranja y haber vomitado todo, luego regresé con doctor y me mando a otro hospital, de ahí a otro y ahí pase ocho días.

Del hospital todo lo que recuerdo me parece igual, tele, visitas, jueguetes, enfermeras y buena comida. Casi todos los años recuerdo el diez de agosto, no es que lo anote en mi agenda ni nada por el estilo, creo que todos lo años [por casualidad porque mi inconsciente lo hace] pocos días antes o ese día veo el calendario y caigo en cuenta del día que es o que pronto será. cReo que la diabetes no es algo que odie, supongo que es algo a lo que me he resignado, no puedo hacer otra cosa. Recuerdo cuando tenía unos diez años que mi mamá hablaba con otra mamá de otra mamá con una hija de tal vez tres años a la que le acababan de decir que era diabética, recuerdo exactamente lo que dijo:
Mamá atenas: Nosotras tenemos hijos grandes, pero cómo le dices a una niña de cuatro años que no puede comer dulces.

Me sonó totalmente absurdo, no estábamos grandes, teníamos diez años y era igual una mentada de madre que de un día para otro ya no pudieramos comer dulces. Es más, uno entra a una etapa de "rebeldía" al saber lo que esya prohibido. Antes de ser diabética mi mamá batallaba para hacerme comer, me escondía, escondía la comida, fingía estar dormida para no comer, al ser diabética y tener ciertas cosas prohibidas uno las busca, ya no me moelstaba comer, me robaba galletas de la cocina e incluso en tercero de primaria inevnté a una amiga para que mi mamá me pusiera un sandwich extra todos los días. Y no lo hacía porque tuviera hambre, lo hacía sólo porque sabía que no podía hacerlo.

No se, supongo que tiene millones de cosas negativas como el tener que picarse a diario, la constante amenaza de una retinopatía, neuropatía y demás y el tener que cargar con un aparato azul a todas partes, pero ha tenido cosas buenas, no que la diabetes sea buena, digamos que me ha traído buenos amigos y que ese es su lado positivo. Es más me ha traido a uno de los mejores y gracias a él he concido a mucha gente [a una chica maravillosa] y he bebido demasiado por años.

No se, supongo que no es algo que disfrute es algo que está ahí y con lo que no se puede hacer nada algo al respecto. No puedo creer que vayan once años, aunque siempre notaba que era diez de agosto nunca había llevado la cuenta de los años, es impresionante lo grande que uno se puede sentir al hacerlo.

La descarga del día Rock star de Bran Van 3000. La canción del día The Cage de Travis.

No comments: