Wednesday, October 17, 2012

Retomo el blog

Y no por algo boom como es costumbre o por nada en particular. Bueno sí pero no. En la mañana pensé en postear algo pero no tenía sustancia suficiente para hacerlo, digamos que los caracteres iban a ser demasiados para un tweet y muy pocos para un post pero luego empecé a leer este blog de señora y vamos, todos sabemos que leer más de tres posts consecutivos hacen que uno empiece a pensar las cosas y ver las cosas en forma de posts o por lo menos eso me pasa a mí y en el pasado eso ha sido ignición (¿ignición?) para el retome.


A lo que iba es algo muy pendejo, y el pedo con abandonar el blog es que al retomarlo uno no siente que pueda hacerlo con algo tan pendejo como con lo que uno posteaba cotidianamente, pero si no es eso pues no va a ser nada. 

Iba caminando y pasé afuera de una librería y vi un libro de bicicletas, es más, un libro de Usborne de bicicletas (o sea, para niños) y pensé en comprarlo por unos segundos pero no lo hice porque me pareció pendejo. Todo lo que necesito saber de bicicletas me lo puede decir internet, o twitter o la gente o el sentido común que he adquirido después de usar la bici tres veces a la semana y de cargar esa bici un piso tres veces por semana. Pero esto no es un post de bicicletas, esta era sólo la anécdota de por qué no compré el libro.

La cosa a la que iba [ahora sí] es que mi relación con las librerías ha cambiado radicalmente en dos o tres años, antes era muy fácil ir a Gandhi o al Péndulo y salir con montones de libros, en parte porque mi mamá los pagaba [o bueno, yo los pagaba pero con una tarjeta que era una extensión de una tarjeta suya] y yo no sentía el putazo de mil o dos mil pesos pero en parte por todo lo que voy a decir.

Las últimas veces que he ido a Gandhi o al Péndulo [amazon queda en otra categoría] he salido sin nada o con un solo libro o con tres que he comprado porque me siento obligada a comprar algo y no por gusto. La chamba me permite comprar libros que se me medio antojan pero no se si van a estar chidos y entonces ahora, que yo los pago, pues no lo hago. 

No compro casi ningún libro porque se que casi ninguno de los comprados me va a gustar mucho y no veo chiste alguno en desperdiciar dinero en algo mediocre. A veces pasan cosas buenas como cuando compré The Fault in Our Stars en San Miguel de Allende porque no había más y fui bien fan, pero de los últimos que compré en Gandhi megh, tengo uno sin leer porque no se me ha antojado y otro, The Expats, que fue chafísima. Culpaba antes a las librerías que tenían un catálogo chafa pero hoy tuve una epifanía de hipoglucemia que me hizo ver que es así como las relaciones, "no eres tú [Gandhi/el Péndulo], soy yo."

La desgracia, claro, es el momento en que leo algo que me gusta mucho y que no es un libro mío, como Middlesex o The Virgin Suicides porque comprar un libro ya leído pues es desperdiciar dinero, YA LO LEÍ, pero igual fui bien fan y sentía que debía tenerlos en mi librero para cuando me dieran ganas de releer un cachito. 

Si fuera una persona decente haría un cambio sutil entre esto y lo que viene, pero no tengo práctica así que los guiones harán ese trabajo.

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Lo otro.

Siento que hay avances casi siempre, bueno, no los siento pero viéndolo en retrospectiva los hay, pero entonces pasa algo y zaz, pasos hacia atrás. Se rompe la confianza otra vez [aunque no igual de cabrón] y eso lleva a no creer.

Creo que iba a decir algo más pero lo olvidé cuando terminó la epifanía de hipoglucemia.

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