Wednesday, January 16, 2013

Cuando tengo frío

Que de unos días para acá es bien seguido, (Mindy Kaling tenía TODA la razón en su libro) [o prácticamente siempre] me gusta salir al sol a que se me quite. Digo, también aprovecho para salir a fumar, pero eso es secundario, lo que me gusta es salir a que me de el sol y sentir poco a poquito cómo se me calienta la espalda y luego ir girando sobre mi propio eje para que se me caliente el resto del cuerpo.

Creo que por la misma razón ahora no sudo tanto en la bicicleta, no más llegar empapada, ahora nomás tengo unas cuantas áreas designadas de sudor.

Por lo mismo casi no uso insulina, lo cual me hizo tomar la decisión de bajar permanenteme la mayoría de ms basales porque es más fácil hacer eso que andar bajando cada hora y tomando Coca y demás desmadritos . Esa baja de basales ha hecho que por primera vez en la vida haya dejado de amanecer baja, llevo dos días amaneciendo con más de cien, lo cual, para tener un catéter en perfecto estado, es rarísimo en mí. No más despertar incoherente, damas y caballeros.

Otro pro es que ya no soy un gordo post-decembrino. Por primera vez en la vida me había puesto más gorda de lo notable en diciembre, o sea, me di cuenta porque unos pantalones me apretaban más allá del límite del apriete que alcanzo cuando soy un gordo. O sea, sí topo que durante el año subo y bajo algo de peso, pero ahora sí sentía que me apretaban los pantalones, ya no estaban en la categoría de cómodos (y eso era principalmente porque me apretaban justo el catéter). La cosa es que los pantalones ya me quedan bien, me quedan cómodos como siempre, aunque ya noto que se les hacen pliegues en lugares que nunca se les habían hecho, o sea, les empieza a sobrar espacio.

El pedo es que no es porque yo lo decida, el pedo es que si todo esto pasa es porque los últimos días no he tenido nada de hambre. NADA. Y está de la verga porque es bien raro. No me siento mal, no se me está cayendo el pelo como anoréxica, pero igual es raro llegar a mi casa y no abrir el refri para ver qué voy a comer. Es bien raro no hacer dos viajes a la tienda en la mañana porque tengo hambre (Ahora hago uno y es para comprar una Coca, y dentro de ese viaje es bien raro que veo todos los estantes y absolutamente nada se me antoja). Es bien raro comprarse unas papas y que se quede la bolsa cerrada frente a mí todo el día y que nomás hasta en la noche la abra porque las he cargado todo el día y pues, tengo que comérmelas. O sea, lo que me crea en pedo es que no es algo que decida, es algo que me pasa y, a pesar de vivir con diabetes, pues no estoy acostumbrada a eso, a que mis hábitos cambien así nomás, a que me pase algo, o bueno, no a que me pase (porque no hay un factor externo involucrado [o sea, no es que no coma porque me cosí la boca como los de la Ruta 100 o porque no traigo dinero o porque no hay comida]) sino a ¿que me haga?

Lo que me crea un pedo, pues, es que n es que lo decida,es que sólo pasa, sólo no me da hambre y sólo no se me antoja nada.

Estoy segura de que pronto me va a dar hambre [o me voy a morir de desnutrición, cualquiera de las dos es igual de probable]


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