Resulta que lo que

Me hacía falta para tener hambre era comer. Es como círculo vicioso, no como y no me da hambre, como y me da hambre constantemente, la semana pasada empecé a comer con continuidad y para hoy ya tengo el hambre que tenía antes, como múltiples veces cosas en la tarde, voy a la tienda en las mañanas y así. La ropa sigue guanga pero asumo pronto regresará a su estado normal.

Está chistoso volver a tener lo que considero mi nivel de hambre normal, o sea, está raro porque ya me había acostumbrado a comer sólo cuando me decía(n) "tienes que comer", ya me había acostumbrado y de pronto, desde el fin de semana pasado me paraba a abrir el refri y a servirme cereal y a abrir el cajón de comida chatarra. Toda la semana he ido al Oxxo en las mañanas a comprar galletas (por lo menos dos) y después de un rato voy a la tienda y compro papas, helado o algo.

Esta fue la primera semana que me acabé un litro de leche (de hecho, me acabé tres) y un litro de helado (el anterior estuvo cuatro o cinco semanas en el refri), además comí papas, palomitas y montones de comida preparada por las tardes. Ya estoy cenando y los días que desperté temprano hasta desayuné.

La gran diferencia con las semanas anteriores es el azúcar, había bajado mis basales decenas de veces porque muchas veces amanecía baja, unas dos estuve muy baja al despertar y durante el día me la pasaba baja casi siempre. La semana pasada compré unos 12 litros de Coca, me los tomé prácticamente todos, las semanas anteriores había estado comprando un litro diario y además consumiendo la botella de tres litros que compro cada semana, con eso me mantenía, sí, bajaba mis basales pero seguía baja, pero esta semana que he comido mucho ya no he tomado Coca, he tomado menos de un litro y medio y la de tres litros que compré no la he abierto. Mucha sorpresa.

No puedo comer todavía como antes, o sea, no puedo sentarme y en esa sentada comer un chingo porque me siento mal si lo hago, me lleno más rápido que antes, pero ahora como durante todo el día y se me antojan cosas y me dan ganas de comer. Está chistoso, ya me había desacostumbrado.