Monday, February 03, 2014

Empecé a fumar

a ¿los doce años? Bueno no, el primer cigarro que prendí lo prendí como a los cinco años, me acuerdo esconderme atrás de la cama de mi abuela e intentar prenderlo. No sabía cómo funcionaban, me acuerdo que me asusté y lo solté y dejé rodar bajo la cama, mi abuela o abuelo entró y vieron humo. Después, no me acuerdo. Me acuerdo salir a jugar y que en algún punto los vecinos de mi edad y que tenían de uno a tres años más grandes que yo, empezaron a fumar. Empecé a fumar con ellos, pero vamos, fumaba sólo cuando salía con ellos. En sexto de primaria me acuerdo que alguien me dio un cigarro, tenía once años, pero en ese punto de la vida no compraba cigarros.

Tengo un recuerdo de haber salido alguna vez y ya tener una cajetilla de Camel, pero no se cuántos años tenía, me acuerdo del pantalón que tenía y que me metí la cajetilla de cigarros en la bolsa derecha, pero no se cuántos años tenía. En algún punto de ese periodo dejé de fumar porque comí Doritos y me rasparon el paladar y me ardía fumar.

Me acuerdo después haber comprado cajetillas de cigarros. Muy vagamente. Eran cajetillas que compraba, fumaba dos cigarros y desaparecían porque mi mamá las encontraba o algo. En tercero de secundaria ya me acababa las cajetillas, pero vamos, compraba una que duraba meses, me acuerdo comprar Salem, me acuerdo que los cigarros costaban $15 y de pronto un día ya $17.

Vino la prepa. Fumaba todos los fines de semana que salía con amigos, era la única que tenía siempre cigarros y luego, ya en áreas, empecé a fumar un cigarro saliendo de la escuela antes de ir al coche. Llegó la universidad, donde fumar ya fue libertad absoluta, fumaba entre clases, fumaba a donde fuera, fumaba en mi casa (afuera) cuando no estaban mis papás. Luego empecé a fumar en mi casa (afuera) cuando hacía un ensayo. Aún cuando fumaba mucho (creo), (en realidad no se cuánto), una vez una exnovia me apostó dejar de fumar una semana, lo hice sin pedos, en realidad fueron seis días, pero no fumé sin problemas, no tuve ansiedades absurdas ni nada.

Luego nos cambiamos de casa. Mi cuarto estaba arriba del resto de la casa y ahí fumé más porque ya fumaba todo el tiempo, abría mi ventana y ya, ya no llegaba mi mamá a ver si estaba fumando. La universidad fue el punto en que empecé a comprar cigarros con regularidad, una vez a la semana, varias veces por semana, una vez al día; también empecé a fumar diario más de un cigarro al día. Iba a decir que no sabía qué hacía los fines de semana pero ya para ese punto tenía novias con las que pasaba fines de semana enteros. Si me quedaba en sus casas fumaba ahí, si se quedaban en mi casa, podía fumar en mi cuarto porque mi mamá podía pensar que eran ellas quienes fumaban.

Las peores épocas de fumar fueron las infatuaciones, llegué a fumar cajetilla y media al día, en especial con novia 3 y con novia 5, fumé super cabrón ahí. Pero bueno, la cosa es que de varios años para acá, ya fumaba mucho constantemente, desde hace varios años he fumado entre 10 y 20 cigarros al día, sí, a veces menos, pero era bien raro. De varios años para acá, despertaba para fumar, o si no para fumar, fumaba siempre saliendo de bañarme o algo así, ya era obligatorio fumar por lo menos un cigarro antes de que me fuera a trabajar. Era obligatorio fumar un cigarro en cuanto salía del trabajo. Era obligatorio fumar regresando de pasear a los perros. Era obligatorio fumar antes de lavarme los dientes para dormirme. Cada vez eran más los cigarros que a huevo tenía que fumarme.

Por alguna razón, por ahí de noviembre topé que ya fumaba mucho otra vez, una cajetilla ya no me solía durar dos días, y también empecé a asquearme por eso. Apagaba el cigarro y me quedaba una sensación de asco, tal cual. Lavarme los dientes en la noche era horrible porque el acercarme la mano a la cara con el cepillo me daba ew por el olor a cigarro.

Hace, creo que, tres años decidí que iba a fumar menos. Dije que ya fumaba mucho y no me gustaba y después de intentarlo hippiemente, me puse NiQuitin. Nunca dejé de fumar porque no quería dejarlo, dije que lo hacía para fumar menos, y sí, fumaba entre uno y tres cigarros al día. Acabé NiQuitin y no se cuánto duré a ese ritmo, pero no tardé mucho en recuperar la normalidad.

Ahí quise fumar menos porque dije que me gustaba mucho fumar para abandonarlo. Sì, parte de mí sigue creyendo eso, la verdad, si pudiera escoger, sería de esas personas que fuma bien ocasionalmente, de esas que ni siquiera compra cajetillas de cigarros, que compran cigarros sueltos o pepenan cigarros ajenos porque fuman, no se, una vez a la semana o algo. Pero se que no puedo, lo se porque he intentado muchas veces fumar menos y me es imposible. Sì, a veces fumaba menos, cinco cigarros al día, pero era bien raro, la media eran entre doce y quince.

La cosa es que en algún punto de noviembre ya tuve demasiado. Ya me asqueaba fumar, me asqueaba el sabor con el que quedaba al apagar un cigarro y ya sentía còmo mi casa olía a cigarro y entonces vivía con las ventanas abiertas y ugh. Mucho pedo. 

El jueves cinco de diciembre me puse la primera cosa de NiQuitin, el viernes me dijeron que leyera el libro de Allen Carr. Los primeros días tenía ansiedades inmensas, por una semana fumé un cigarro en la mañana y uno regresando del último paseo de los perros. La idea era esa y luego asar otra semana fumando solo un cigarro, pero llegó el libro de Carr y decía que fumaras mientras lo leías sin pedos y que al final te fumabas el último cigarro y así. Lo leí muy lento, es muy corto pero sabía que acabando iba a fumarme el último cigarro. Además, estaba leyendo otras cosas para ser adulto de comics, entonces lo leí sólo en el trafico y en la fila del súper.

El sábado 21 fumé los últimos dos cigarros. Hoy (no se cuándo empecé el post, pero hoy es 2 de febrero) llevo más de un mes sin fumar. Es bien raro. A veces lo extraño, sí, a veces se me antoja un cigarro, ni siquiera cuando me enojo o cuando despierto o justo antes de dormirme o  después de comer o cuando yo creía eran momentos felices de fumar, sólo así nomás a veces quiero un cigarro. no me dan ganas inmensas, después de leer a Carr ya no tuve ansiedad terrible y me sorprende lo fácil que ha sido.

Claro, me pasó lo mismo que a mi abuela y me volví un gordo, en realidad no se qué tanto porque ya en diciembre era semi-gorda, pero se que soy más gorda de lo que había sido en meses. Pero quitando eso y que me cuesta trabajo interactuar socialmente, no se còmo hacerlo sin fumar, se me hace bien raro ir a un bar y no salir a fumar y regresar y decir "hace frío" o platicar con los fumadores afuera o cosas así; me gusta no fumar y que mi casa no huela a cigarro. 

Muchas cosas se me siguen haciendo raras, sigo pidiendo que no sentemos afuera cuando vamos a comer, cuando voy saliendo de mi casa y reviso que traiga todo en la mochila, sigo buscando el encendedor y cosas así, pero ya no fumo. Me saca mucho de pedo, sí, pensé que iba a fumar eternamente, me la pasé muy bien fumando, me gustaba hasta el jalar fuerte el humo y sentir cómo picaba y dolía, pero ni siquiera lo extraño. No se me antoja cuando veo a alguien fumar, no se me antoja cuando bebo ni cuando acabo de comer. No lo extraño y me hace feliz no fumar pero me cuesta trabajo decir que no fumo, si me preguntan si fumo, en automático digo que sí porque eso dije los últimos diez años, lo cual esta cagado.


El último párrafo ya no tuvo forma pero si no doy Publish ahorita ya después me va a dar hueva inmensa volver a abrir el draft.

No comments: