Tuesday, September 04, 2012

El otro día

Buscaba entre los posts del 2008 para actualizar el GoodReads, creo que fue ayer. La cosa es que entre ayer que buscaba posts de libros y hoy que acabo de caer en cuenta que me queda una semana de 24 años pensé que hace mucho que no posteaba nada. Ayer iba a postear en el Wordpress pero tenía que abrir y buscar en el mail el password que me dieron cuando lo olvidé por última vez y qué hueva, mejor ya no posteé nada.

Me queda una semana de tener 24 años, llevo dos días con emociones de menopáusica y creo que eso fue por lloriquear tanto con Looking for Alaska, pero en realidad no se si lloriqueé por la menopausia o si vino la menopausia (no menopausia per se, me refiero a la emocionalidad, pues) por lloriquear y leer. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Así.

La cosa es que se junta el pensar que no posteo por ningún motivo desde hace años (creo que sí, literal, años) y que se me acaban los 24. Nunca he planeado absolutamente nada en la vida, estudié algo sin saber en qué iba a trabajar cuando terminara, entré a trabajar porque me dijeron "¿quieres trabajar?" y al día siguiente tenía una chamba y así. Todo ha pasado casi sin intervención mía, pero de cualquier forma creo que soy capaz de decir que los veinticuatro no fueron un buen año.

Empecemos con que jamás, JAMÁS, pensé que cumpliría 25 años y que no me habría titulado. Pero es que meh, mi vida ha funcionado sin tener un título casi 25 años, qué hueva tener que corregir la tesis que lleva dos o tres años en espera de la última corrección. Y luego qué, ¿le mando un mail a M. diciendole que si después de tres años de silencio quiere seguir siendo mi asesor? Ajá, está rarito. Debí hacerlo antes de acabar la universidad cuando aún tenía interés.

No puedo decir que no he cumplido las metas que me había puesto en algún punto de la vida porque jamás lo he hecho. Jamás dije que antes de los 25 recorrería Europa caminando (LOL, sólo lo pensé por Rimbaud que de teen lo hizo) o que estaría en el PhD o que absolutamente nada. Mi vida no es un fracaso porque no tenía ninguna expectativa por cumplir, bueno, aún si las hubiera tenido y bla, mi vida no es un fracaso, no mamen, ni que fuera teen, a lo que voy es que, a pesar de no tener plan alguno, mi vida no es lo que esperaba.

No digo que mi vida sea mala porque pues no, en realidad no tengo queja alguna. Digo, podría ganar más dinero, podría tener una bicicleta más bonita y menos pesada, podría tener una casa más grande pero ninguno de esos factores hacen que mi vida sea mala y ninguno de esos factores pendejos me llevan al punto que voy.

Sí, mi vida no es mala ahorita, a seis días de cumplir 25 años, pero puedo decir sin pedos que este ha sido el peor, el ABSOLUTAMENTE PEOR año de mi vida.

En serio. Este año Nugget se perdió y pasé una semana terrible pensando que un loco la tenía. Vamos, después de pasar seis horas al día googleando perros perdidos y demás, uno topa que hay refugios que te cuentan la historia de perros rescatados y entonces después de leer cómo encontraban perros clavados a un árbol de las orejas o perros que un taquero decidió quemar con aceite porque molestaba a sus clientes pues sí, paranoia. Al final Nugget apareció bien, sí, la atropellaron pero no tenía nada roto, sólo estaba madreada. Sí, tuvo un final feliz pero creo que nunca había tenido tanto miedo de algo y tanta responsabilidad de algo. No se cómo ponerlo pero la cosa es que fue terrible el saber que cualquier cosa que le pasara era por mi irresponsabilidad. Algo así.

Ay, este año también me tatué no se si una o dos veces. Si fueron dos entonces este año adquirí un tatuaje que me gusta mucho y uno que quedó chafa porque me moví cabrón porque me dolía cabrón. Ajá. Tatuarse las costillas es un error. Este año también quise tatuarme a cummings pero después ya no porque en algún punto de la planeación el tatuaje dejó de simbolizar sólo una línea de un poema y fue algo más. El lugar que iba a ocupar esa línea de cummings creo que ahora va a ser ocupado por una parte de The Perks of Being a Wallflower. Aunque ahora que lo pienso, creo que ni me gusta tanto. O sea sí pero creo que sólo tengo la necesidad de rellenar el espacio y creo que ya no hay poesía que quiera en mí. Ja, está cagado.

Este año también dejé de comer carne, meh, eso podría no ser importante porque en realidad eso no me hace sentir bien o mal. Bueno, depende. Dejé de comer carne cuando vi a los cerdos en el camión, cuando los vi en la carretera y pensé que era bien triste que nadie los hubiera acaricidado jamás, cuando hice la conexión entre la gordita de chicharrón y el animal de donde provenía. El jamón dejó de ser jamón, se volvió un ave, las gorditas de chicharrón dejaron de ser masa y chicharrón, se volvieron cerdos. No me hace feliz dejar de comer carne, desde diciembre he comido una gordita (que no sabía que tenía carne), pollo dos veces (una en una casa ajena y otra que pedí sopes y me los dieron con pollo) y cerdo una vez en año nuevo y tampoco me sentí mal por eso. Pero en este punto de la vida no me parece padre comer algo después de saber de dónde viene. Mi argumento inicial era que me parecía completamente normal, deseable, saludable y rico comer carne, lo que no me parecía normal, natural, deseable, saludable ni rico era la forma en la que se obtenía la carne. Después de años de que me llegaran los mails de Peta topé que no está padre pagar por carne que se obtiene de animales que pasan su vida encerrados y que son madreados y demás cosas por quienes los "cuidan". Mi argumento inicial ya no es válido porque ya me parece raro pensar el comer carne, aunque el cerdo haya vivido cómodamente toda su vida y aunque lo hayan matado de la forma más indolora posible, ya no lo quiero consumir. A veces se me antoja una gordita de chicharrón, sí, pero me parece ya que el antojo no vale la pena. Tampoco soy de esas que van por la vida queriendo convertir a la gente, no paranoiqueén, sólo que sí creo que si van a comer carne deberían de saber de dónde viene.

Y ya, luego está el momento boom del año que ha sido lo único que he posteado porque ha sido lo único que ha sido lo suficientemente grande como para prender la compu. Este año pasé de hacer planes que involucraban ahorro y tener que llenar formularios con un sufijo diferente al colapso (de lo hasta el moemnto existente) total. Las cosas que iban a pasar ya no pasaron ni van a pasar y lo que yo pensaba que era resultó no serlo. Está cabrón el derrumbe de los planes y de lo que crees que es. Está cabrón el descubrir justo eso, que las cosas no son lo que pensabas; más allá del 'ya no va a ser lo que pensé' está el 'no era lo que pensé', que está más cabrón. No lo se, han pasado meses y no se cómo ponerlo en perspectiva, no se qué más decir más que lo ya dicho, más que está cabrón saber que no es lo que pensé. Digo, tampoco es que me la pase llorando por la vida y que eso le haya dado en la madre a mis 24 años, LOL, no.

Y ya, estoy a menos de una semana de cumplir 25 años. A los 25 años mi mamá se casó y me tuvo, a los 25 años no se qué hacía mi papá, creo que trabajaba en hacienda pero según el catálogo de la UNAM, a los 25 años mi papá ya tenía una tesis de 144 páginas titulada "Situación actual y perspectivas de la citricultura en México" (whaaaaa?), a los 25 años mi abuela ya tenía a mi mamá, a los 25 años mi abuelo no se qué hacía, a los 25 años mi otra abuela seguro ya tenía a una o dos de mis tías y a los 25 años mi otro abuelo tampoco se qué hacía y a ese no puedo preguntarle porque lleva como 20 años muerto.

No se qué espero de los 25 años porque pues nunca he esperado nada de ningún año de mi vida. Se que espero que los 25 no estén de la verga como los 24 y que espero leer cosas tan padre como las leídas este año.